
En los Estados Unidos, el cáncer de seno es la forma más común de cáncer en las mujeres. Cada año se diagnostican aproximadamente 232.000 casos; y a otras 100.000 mujeres se les diagnostican cánceres ginecológicos. ¿Pero afectan estas enfermedades a todas las mujeres por igual? Como parte del reconocimiento del Mes de educación sobre el cáncer de seno, examinamos cinco cosas que las mujeres de minorías deben saber sobre el cáncer de seno y los cánceres ginecológicos como los de cuello uterino, endometrio y de ovaries.
1. La probabilidad de que se diagnostique cáncer de seno a temprana edad es más alta entre mujeres afroamericanas.
El cáncer de seno ocurre generalmente en mujeres mayores de 55 años, pero las mujeres jóvenes también pueden tener la enfermedad. Aunque el cáncer de seno suele ser más común en las mujeres blancas, las afroamericanas tienen más probabilidad de tener la enfermedad y morir a causa de ella antes de cumplir 35 años. Hay algunas cosas que todas las mujeres pueden hacer para comprender su riesgo, por ejemplo, conocer sus antecedentes familiares y hablar del riesgo con el médico. El cáncer de seno no se puede prevenir en muchos casos, pero una rutina saludable que incluya exámenes clínicos periódicos puede ayudar a todas las mujeres a disminuir el riesgo y detectar los cánceres en forma temprana. También hay medicamentos (como Tamoxifen) que una mujer puede considerar si tiene un riesgo especialmente alto de tener cáncer de seno. Estos medicamentos ayudan a reducir el riesgo de tener la enfermedad.
2. El cáncer de cuello uterino es más común entre las mujeres hispanas.
En los Estados Unidos, cada año se les diagnostica cáncer de cuello uterino a aproximadamente 13.000 mujeres. La enfermedad ocurre más comúnmente en las mujeres hispanas seguidas por las mujeres afroamericanas. Durante los últimos 30 años, la prueba de Papanicolaou ha contribuido a reducir el índice de mortalidad por cáncer de cuello uterino en más del 50%, pero el acceso desigual a esta prueba y a las vacunas contra el virus del papiloma humano hace que las mujeres hispanas y afroamericanas sean más susceptibles a esta enfermedad.
3. Las mujeres afroamericanas tienen la probabilidad más alta de morir por cáncer de seno.
Aunque el cáncer de seno es más común entre las mujeres blancas, las mujeres afroamericanas tienen una probabilidad más alta de morir a causa de la enfermedad. Según los datos del Instituto Nacional del Cáncer, de cada 100.000 mujeres afroamericanas, 34 mueren por cáncer de seno; mientras que por de 100.000 mujeres blancas, 25 mueren por la misma causa. El motivo de esta desigualdad es un foco continuo de la investigación y es probablemente un resultado de las diferencias en el tratamiento recibido pero los factores socioeconómicos como el acceso a la atención y al seguro, y el estadio y tipo de cáncer de seno cuando se diagnostica, también juegan papeles importantes.
4. Las mujeres afroamericanas tienen la probabilidad más alta de que se les diagnostique cáncer de endometrio.
El cáncer de endometrio o uterino es el cáncer ginecológico más común en los Estados Unidos y va en aumento en general. Esto se atribuye en parte a un aumento de la obesidad. Aunque el cáncer de endometrio es más común en mujeres blancas, es más letal en mujeres afroamericanas. Los tumores más agresivos de las mujeres afroamericanas son difíciles de tratar. Estas disparidades se observan en los datos de ensayos clínicos aleatorizados y en estudios de observación, lo cual sugiere que podría haber diferencias fundamentales en los tumores. Además, el acceso limitado a especialistas puede jugar un papel en el aumento observado en los índices de mortalidad.
5. La predisposición genética varía según la etnia.
Los genes hereditarios BRCA1 y BRCA2, que aumentan el riesgo de cáncer de seno y de ovario de una mujer, se producen con mayor frecuencia en mujeres de ascendencia judía ashkenazi (Europa del Este), holandesa, noruega e islandesa. Las mujeres con antecedentes familiares importantes de cáncer de seno o de ovario, o con diagnóstico de este tipo de cáncer a edad temprana deben hablar sobre la posibilidad de una prueba genética con su equipo de atención de salud. Además, todas las mujeres con diagnóstico de cáncer de ovario se deben someter a pruebas genéticas de acuerdo a las pautas nacionales.
“Las razones de estas desigualdades son complejas, pero se está haciendo mucho trabajo para eliminarlas,” dice Rachel Freedman, MD, MPH, oncóloga especialista en cáncer de seno del Centro Susan F. Smith para Cánceres de la Mujer de Dana Farber y miembro del Cancer Care Equity Program (Programa de Igualdad en la Atención del Cáncer). Espero que pronto desaparezcan, pero eso requerirá un esfuerzo amplio, sostenido y colectivo a nivel local y nacional. Debemos seguir tratando de comprender por qué hay desigualdades y cómo asegurar que todos los pacientes tengan acceso a una atención de alta calidad.”
El Programa de Igualdad en la Atención del Cáncer sirve de puente entre los esfuerzos de investigación y de divulgación para responder a las disparidades en Dana Farber, y ofrecer tratamientos de alta calidad a las comunidades con riesgo alto pero acceso limitado a la atención. El Autobús de mamografías de Dana-Farber, el único programa de mamografía digital móvil de Massachusetts, ofrece pruebas de detección del cáncer de seno y educación a mujeres de todas las comunidades del estado, incluidas las de bajos ingresos, edad avanzada, inmigrantes y que no hablan inglés.
El cáncer de seno ocurre generalmente en mujeres mayores de 55 años, pero las mujeres jóvenes también pueden tener la enfermedad. Aunque el cáncer de seno suele ser más común en las mujeres blancas, las afroamericanas tienen más probabilidad de tener la enfermedad y morir a causa de ella antes de cumplir 35 años. Hay algunas cosas que todas las mujeres pueden hacer para comprender su riesgo, por ejemplo, conocer sus antecedentes familiares y hablar del riesgo con el médico. El cáncer de seno no se puede prevenir en muchos casos, pero una rutina saludable que incluya exámenes clínicos periódicos puede ayudar a todas las mujeres a disminuir el riesgo y detectar los cánceres en forma temprana. También hay medicamentos (como Tamoxifen) que una mujer puede considerar si tiene un riesgo especialmente alto de tener cáncer de seno. Estos medicamentos ayudan a reducir el riesgo de tener la enfermedad.
2. El cáncer de cuello uterino es más común entre las mujeres hispanas.
En los Estados Unidos, cada año se les diagnostica cáncer de cuello uterino a aproximadamente 13.000 mujeres. La enfermedad ocurre más comúnmente en las mujeres hispanas seguidas por las mujeres afroamericanas. Durante los últimos 30 años, la prueba de Papanicolaou ha contribuido a reducir el índice de mortalidad por cáncer de cuello uterino en más del 50%, pero el acceso desigual a esta prueba y a las vacunas contra el virus del papiloma humano hace que las mujeres hispanas y afroamericanas sean más susceptibles a esta enfermedad.
3. Las mujeres afroamericanas tienen la probabilidad más alta de morir por cáncer de seno.
Aunque el cáncer de seno es más común entre las mujeres blancas, las mujeres afroamericanas tienen una probabilidad más alta de morir a causa de la enfermedad. Según los datos del Instituto Nacional del Cáncer, de cada 100.000 mujeres afroamericanas, 34 mueren por cáncer de seno; mientras que por de 100.000 mujeres blancas, 25 mueren por la misma causa. El motivo de esta desigualdad es un foco continuo de la investigación y es probablemente un resultado de las diferencias en el tratamiento recibido pero los factores socioeconómicos como el acceso a la atención y al seguro, y el estadio y tipo de cáncer de seno cuando se diagnostica, también juegan papeles importantes.
4. Las mujeres afroamericanas tienen la probabilidad más alta de que se les diagnostique cáncer de endometrio.
El cáncer de endometrio o uterino es el cáncer ginecológico más común en los Estados Unidos y va en aumento en general. Esto se atribuye en parte a un aumento de la obesidad. Aunque el cáncer de endometrio es más común en mujeres blancas, es más letal en mujeres afroamericanas. Los tumores más agresivos de las mujeres afroamericanas son difíciles de tratar. Estas disparidades se observan en los datos de ensayos clínicos aleatorizados y en estudios de observación, lo cual sugiere que podría haber diferencias fundamentales en los tumores. Además, el acceso limitado a especialistas puede jugar un papel en el aumento observado en los índices de mortalidad.
5. La predisposición genética varía según la etnia.
Los genes hereditarios BRCA1 y BRCA2, que aumentan el riesgo de cáncer de seno y de ovario de una mujer, se producen con mayor frecuencia en mujeres de ascendencia judía ashkenazi (Europa del Este), holandesa, noruega e islandesa. Las mujeres con antecedentes familiares importantes de cáncer de seno o de ovario, o con diagnóstico de este tipo de cáncer a edad temprana deben hablar sobre la posibilidad de una prueba genética con su equipo de atención de salud. Además, todas las mujeres con diagnóstico de cáncer de ovario se deben someter a pruebas genéticas de acuerdo a las pautas nacionales.
“Las razones de estas desigualdades son complejas, pero se está haciendo mucho trabajo para eliminarlas,” dice Rachel Freedman, MD, MPH, oncóloga especialista en cáncer de seno del Centro Susan F. Smith para Cánceres de la Mujer de Dana Farber y miembro del Cancer Care Equity Program (Programa de Igualdad en la Atención del Cáncer). Espero que pronto desaparezcan, pero eso requerirá un esfuerzo amplio, sostenido y colectivo a nivel local y nacional. Debemos seguir tratando de comprender por qué hay desigualdades y cómo asegurar que todos los pacientes tengan acceso a una atención de alta calidad.”
El Programa de Igualdad en la Atención del Cáncer sirve de puente entre los esfuerzos de investigación y de divulgación para responder a las disparidades en Dana Farber, y ofrecer tratamientos de alta calidad a las comunidades con riesgo alto pero acceso limitado a la atención. El Autobús de mamografías de Dana-Farber, el único programa de mamografía digital móvil de Massachusetts, ofrece pruebas de detección del cáncer de seno y educación a mujeres de todas las comunidades del estado, incluidas las de bajos ingresos, edad avanzada, inmigrantes y que no hablan inglés.