
A menudo surgen preguntas sobre la relación entre el alcohol y el cáncer: ¿aumenta el alcohol el riesgo de cáncer? ¿Es seguro beber durante el tratamiento? ¿Y después del tratamiento?
Varios estudios han relacionado el consumo de alcohol con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo los de seno, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto. El riesgo aumenta con la cantidad de alcohol consumida.
Varios estudios han relacionado el consumo de alcohol con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo los de seno, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto. El riesgo aumenta con la cantidad de alcohol consumida.
A nivel mundial, un 3,6% de todos los casos de cáncer y un 3,5% de las muertes por cáncer son causados por el consumo de alcohol, según un estudio de 2006. El tipo de bebida no importa, el culpable es el propio alcohol.
Muchos estudios han relacionado específicamente el consumo de alcohol con el mayor riesgo de cáncer de seno. Un análisis de datos de 53 estudios concluyó que el riesgo de cáncer de seno aumentaba con el número promedio de bebidas alcohólicas diarias consumidas. Las mujeres que bebían dos o tres bebidas al día tenían un 20% más de riesgo de cáncer de seno en comparación con las mujeres que no bebían nada.
La Sociedad Americana Contra el Cáncer recomienda no más de dos bebidas al día para los hombres y una bebida al día para las mujeres. La cantidad es más baja para las mujeres por su menor tamaño corporal y porque metabolizan el alcohol más lentamente que los hombres.
La seguridad de beber bebidas alcohólicas durante el tratamiento con quimioterapia depende de varios factores, entre ellos la medicación que el paciente recibe. El alcohol puede interferir con el funcionamiento de algunos medicamentos de quimioterapia, así que los pacientes deben hablar con sus médicos de los posibles efectos secundarios de beber alcohol durante el tratamiento.
Kimmie Ng, MD, MPH, oncóloga médica del Centro de tratamiento del cáncer gastrointestinal de Dana-Farber, dice que los pacientes le preguntan a menudo acerca del consumo del alcohol durante el tratamiento. Su recomendación es que un trago ocasional es aceptable, pero no más de una bebida “ocasional, no diaria”. Ng dice que es cautelosa porque muchos de sus pacientes tienen metástasis en el hígado y reciben tratamiento con agentes de quimioterapia que pueden afectar su funcionamiento. Observa que los médicos pueden diferir en sus recomendaciones.
En cuanto a beber después del tratamiento, no se sabe mucho acerca de si el consumo de alcohol después de que el tratamiento ha terminado afecta la probabilidad de recaída. Este es un tema que conviene consultar con el médico.
Muchos estudios han relacionado específicamente el consumo de alcohol con el mayor riesgo de cáncer de seno. Un análisis de datos de 53 estudios concluyó que el riesgo de cáncer de seno aumentaba con el número promedio de bebidas alcohólicas diarias consumidas. Las mujeres que bebían dos o tres bebidas al día tenían un 20% más de riesgo de cáncer de seno en comparación con las mujeres que no bebían nada.
La Sociedad Americana Contra el Cáncer recomienda no más de dos bebidas al día para los hombres y una bebida al día para las mujeres. La cantidad es más baja para las mujeres por su menor tamaño corporal y porque metabolizan el alcohol más lentamente que los hombres.
La seguridad de beber bebidas alcohólicas durante el tratamiento con quimioterapia depende de varios factores, entre ellos la medicación que el paciente recibe. El alcohol puede interferir con el funcionamiento de algunos medicamentos de quimioterapia, así que los pacientes deben hablar con sus médicos de los posibles efectos secundarios de beber alcohol durante el tratamiento.
Kimmie Ng, MD, MPH, oncóloga médica del Centro de tratamiento del cáncer gastrointestinal de Dana-Farber, dice que los pacientes le preguntan a menudo acerca del consumo del alcohol durante el tratamiento. Su recomendación es que un trago ocasional es aceptable, pero no más de una bebida “ocasional, no diaria”. Ng dice que es cautelosa porque muchos de sus pacientes tienen metástasis en el hígado y reciben tratamiento con agentes de quimioterapia que pueden afectar su funcionamiento. Observa que los médicos pueden diferir en sus recomendaciones.
En cuanto a beber después del tratamiento, no se sabe mucho acerca de si el consumo de alcohol después de que el tratamiento ha terminado afecta la probabilidad de recaída. Este es un tema que conviene consultar con el médico.