
Por Fremonta Meyer, MD
Muchas personas, los pacientes de cáncer y otros, tienen temores y malentendidos acerca de la medicación para el estado de ánimo, la ansiedad y para tratar problemas como la depresión. Algunos creen que tomar medicamentos por razones psicológicas es señal de debilidad. Otros temen volverse adictos o tener que tomarlos para siempre. Los pacientes de cáncer se suelen sentir frustrados por la cantidad de medicamentos que ya están tomando y se resisten a añadir más pastillas. Pero si se usan con eficacia, pueden aliviar los problemas de estado de ánimo y ayudar a afrontar el estrés del cáncer.
Muchas personas, los pacientes de cáncer y otros, tienen temores y malentendidos acerca de la medicación para el estado de ánimo, la ansiedad y para tratar problemas como la depresión. Algunos creen que tomar medicamentos por razones psicológicas es señal de debilidad. Otros temen volverse adictos o tener que tomarlos para siempre. Los pacientes de cáncer se suelen sentir frustrados por la cantidad de medicamentos que ya están tomando y se resisten a añadir más pastillas. Pero si se usan con eficacia, pueden aliviar los problemas de estado de ánimo y ayudar a afrontar el estrés del cáncer.
Después de un diagnóstico de cáncer, a veces es difícil saber si los cambios emocionales son efectos secundarios temporales del tratamiento o signos de depresión clínica o ansiedad. Los trabajadores sociales, psicólogos y su oncólogo pueden ayudarle a decidir si necesita una consulta con un psiquiatra. El asesoramiento de un trabajador social o un psicólogo puede ayudarle además a adaptarse a la vida con cáncer y entender qué es lo que está causando los cambios en el estado de ánimo.
Algunos tratamientos para el cáncer, como los esteroides, causan irritabilidad, cambios en el estado de ánimo, falta de sueño y ansiedad. La medicación puede aliviar estos efectos secundarios y facilitar la continuación del tratamiento de cáncer.
Los pacientes también tienen comúnmente tristeza, cansancio y problemas con el sueño o el apetito. Sin embargo, si usted no encuentra placer en las cosas que solía disfrutar o pasa períodos prolongados de tristeza, irritabilidad o llanto, tal vez esté sufriendo de depresión. Aproximadamente un 25% de los pacientes con cáncer tienen depresión durante o después del tratamiento.
Es importante recordar que un diagnóstico de depresión no es signo de debilidad. Los antidepresivos pueden ayudar con la depresión y la ansiedad y no son adictivos, pero deben tomarse diariamente para beneficiarse. Es seguro tomarlos durante la quimioterapia y la radiación, y la mayoría de las personas que toman antidepresivos no experimentan efectos secundarios. Quienes los tienen pueden sufrir leves problemas estomacales, dolor de cabeza, mareo y nerviosismo, que suelen mejorar en 1 a 2 semanas a medida que el cuerpo se adapta al medicamento. Muchos pacientes que toman antidepresivos informan que comienzan a sentirse mejor a las dos semanas, aunque los medicamentos pueden tardar hasta seis semanas en hacer efecto. Tenga paciencia y dígale a su médico si los síntomas no mejoran. Más adelante, si se siente mejor y listo para dejar de tomar su antidepresivo, pídale a su médico un calendario para bajar gradualmente la dosis. Esto reduce la probabilidad de que la depresión o ansiedad reaparezcan.
Algunos pacientes pueden sentirse incómodos hablando de problemas psicológicos con su oncólogo. Hablar de problemas mentales puede ser difícil, pero es importante cuidar la salud emocional, además de la física. Busque un miembro del equipo de atención médica, puede ser un médico, enfermero, trabajador social, u otra persona con quien usted se sienta cómodo hablando de lo que piensa y siente.
Los problemas de estado de ánimo no siempre están bajo nuestro control y pueden hacer que el tratamiento de cáncer sea aun más difícil. Hable de la medicación para el estado de ánimo con su equipo de atención médica y pida una consulta con un psiquiatra para averiguar si sería una buena opción para usted. El tratamiento no es sólo para el cuerpo, cuidar la mente y el espíritu es igualmente importante.
Algunos tratamientos para el cáncer, como los esteroides, causan irritabilidad, cambios en el estado de ánimo, falta de sueño y ansiedad. La medicación puede aliviar estos efectos secundarios y facilitar la continuación del tratamiento de cáncer.
Los pacientes también tienen comúnmente tristeza, cansancio y problemas con el sueño o el apetito. Sin embargo, si usted no encuentra placer en las cosas que solía disfrutar o pasa períodos prolongados de tristeza, irritabilidad o llanto, tal vez esté sufriendo de depresión. Aproximadamente un 25% de los pacientes con cáncer tienen depresión durante o después del tratamiento.
Es importante recordar que un diagnóstico de depresión no es signo de debilidad. Los antidepresivos pueden ayudar con la depresión y la ansiedad y no son adictivos, pero deben tomarse diariamente para beneficiarse. Es seguro tomarlos durante la quimioterapia y la radiación, y la mayoría de las personas que toman antidepresivos no experimentan efectos secundarios. Quienes los tienen pueden sufrir leves problemas estomacales, dolor de cabeza, mareo y nerviosismo, que suelen mejorar en 1 a 2 semanas a medida que el cuerpo se adapta al medicamento. Muchos pacientes que toman antidepresivos informan que comienzan a sentirse mejor a las dos semanas, aunque los medicamentos pueden tardar hasta seis semanas en hacer efecto. Tenga paciencia y dígale a su médico si los síntomas no mejoran. Más adelante, si se siente mejor y listo para dejar de tomar su antidepresivo, pídale a su médico un calendario para bajar gradualmente la dosis. Esto reduce la probabilidad de que la depresión o ansiedad reaparezcan.
Algunos pacientes pueden sentirse incómodos hablando de problemas psicológicos con su oncólogo. Hablar de problemas mentales puede ser difícil, pero es importante cuidar la salud emocional, además de la física. Busque un miembro del equipo de atención médica, puede ser un médico, enfermero, trabajador social, u otra persona con quien usted se sienta cómodo hablando de lo que piensa y siente.
Los problemas de estado de ánimo no siempre están bajo nuestro control y pueden hacer que el tratamiento de cáncer sea aun más difícil. Hable de la medicación para el estado de ánimo con su equipo de atención médica y pida una consulta con un psiquiatra para averiguar si sería una buena opción para usted. El tratamiento no es sólo para el cuerpo, cuidar la mente y el espíritu es igualmente importante.