
Las semanas que siguieron al huracán María que devastó Puerto Rico en septiembre fueron desgarradoras para las personas que viven con cáncer. Además de lidiar con casas inundadas, falta de electricidad y acceso limitado de comida y agua limpia para beber, muchas de esas personas no podían ir a sus tratamientos de quimioterapia ni asistir a otras citas. Los caminos estaban destrozados, los medicamentos escaseaban y las averías en las líneas telefónicas limitaban la comunicación con los doctores.
Gracias a la ayuda de familiares, amigos y agencias estatales y federales, muchos de los pacientes de Puerto Rico con cáncer se encuentran temporalmente viviendo en los Estados Unidos y están recibiendo atención médica en Dana-Farber y otros centros de salud. Los problemas que dejaron en la isla continúan y aquí han encontrado nuevos retos, sin embargo todo esto lo están enfrentando con determinación y confianza.
Gracias a la ayuda de familiares, amigos y agencias estatales y federales, muchos de los pacientes de Puerto Rico con cáncer se encuentran temporalmente viviendo en los Estados Unidos y están recibiendo atención médica en Dana-Farber y otros centros de salud. Los problemas que dejaron en la isla continúan y aquí han encontrado nuevos retos, sin embargo todo esto lo están enfrentando con determinación y confianza.

“Finalmente estamos recibiendo la ayuda que necesitamos”, dijo Ernesto Rivera Vázquez de 40 años, quien está residiendo con su esposa y dos hijos en un hotel en Boston mientras recibe tratamiento en Dana-Farber. “Tengo cáncer colorrectal y en Puerto Rico no podía ni cruzar la calle por las inundaciones. Al llegar a Dana-Farber me enteré de que mi cáncer se había regado a mis pulmones, lo cual no había sido detectado por los doctores en Puerto Rico”.
El señor Rivera Vázquez, su familia y muchas otras personas que evacuaron Puerto Rico están recibiendo la asistencia de diferentes organizaciones de Estados Unidos incluyendo la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), la Agencia para el Manejo de Emergencias de Massachusetts (MEMA) y United Way. Los 22 Centros de Recursos para Familias del estado ayudan a las personas que evacuaron a registrarse con FEMA para recibir beneficios y brindan apoyo fundamental para el manejo de casos incluyendo acceso a centros vocacionales, donaciones y vivienda temporal en hoteles, albergues o con familias de acogida.
En Dana-Farber miembros del personal como la trabajadora social clínica Rachel Allende, quien habla fluidamente el español, ofrecen orientación, apoyo emocional y ayuda a personas como la familia de Rivera Vázquez y a otros que han tenido que evacuar, en particular cuando enfrentan problemas para tener acceso a los beneficios de FEMA, seguro médico de MassHealth y otros recursos. De la misma manera, el personal del Servicio de Intérpretes de Dana-Farber se encuentra disponible para ayudar a los pacientes a comunicarse con sus médicos, enfermeras y otros miembros del equipo médico. Con frecuencia se observa al personal de Seguridad conversando en español con los pacientes recién llegados cuando vienen a sus citas en el edificio Yawkey.
“Estos pacientes y sus familias son gente increíblemente fuerte”, comenta Allende. “Muchos de ellos lo han perdido todo y han tenido que ponerse de pie y viajar a los Estados Unidos para recibir tratamiento para el cáncer. Ver a nuestra comunidad unirse para ayudarlos es maravilloso”.
Otro recurso importante para estas personas son sus vínculos locales. La hermana del señor Rivera Vázquez ya vivía en el área de Boston antes del huracán y ha sido de gran ayuda para él, su esposa y sus hijos para adaptarse a su nuevo hogar y al idioma. Para Edwin Figueroa Jr., paciente con linfoma, el contacto clave fue Melanie Melendez Caro, una estudiante universitaria con un tipo raro de leucemia, a quien conoció en Puerto Rico cuando ambos recibían tratamiento para el cáncer.
La señorita Melendez Caro de 23 años se mudó a Boston con sus padres en la primavera del 2017 para recibir un trasplante de células madre en Dana-Farber. Después del huracán el doctor de Figueroa le recomendó hacer lo mismo, por lo que él le envió un texto a Melendez Caro. No había pasado una hora cuando Melendez Caro y la trabajadora social Rachel Allende ya estaban en contacto con él vía video conferencia con el fin de informarle los pasos necesarios a seguir para hacerse paciente de Dana-Farber.
“Cuando llegué aquí ya habían pasado más de 90 días sin tratamiento para mi linfoma y otros problemas médicos”, comentó Figueroa de 36 años. “Ahora estoy mucho mejor. Melanie y Rachel son mis nuevas mejores amigas”.
Luego sonrió y agregó, “siempre quise conocer Boston, pero nunca pensé que iba a ser de esta manera”.
Para hacer donaciones para las víctimas del huracán Maria haga clic aquí: World Hope International.
El señor Rivera Vázquez, su familia y muchas otras personas que evacuaron Puerto Rico están recibiendo la asistencia de diferentes organizaciones de Estados Unidos incluyendo la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), la Agencia para el Manejo de Emergencias de Massachusetts (MEMA) y United Way. Los 22 Centros de Recursos para Familias del estado ayudan a las personas que evacuaron a registrarse con FEMA para recibir beneficios y brindan apoyo fundamental para el manejo de casos incluyendo acceso a centros vocacionales, donaciones y vivienda temporal en hoteles, albergues o con familias de acogida.
En Dana-Farber miembros del personal como la trabajadora social clínica Rachel Allende, quien habla fluidamente el español, ofrecen orientación, apoyo emocional y ayuda a personas como la familia de Rivera Vázquez y a otros que han tenido que evacuar, en particular cuando enfrentan problemas para tener acceso a los beneficios de FEMA, seguro médico de MassHealth y otros recursos. De la misma manera, el personal del Servicio de Intérpretes de Dana-Farber se encuentra disponible para ayudar a los pacientes a comunicarse con sus médicos, enfermeras y otros miembros del equipo médico. Con frecuencia se observa al personal de Seguridad conversando en español con los pacientes recién llegados cuando vienen a sus citas en el edificio Yawkey.
“Estos pacientes y sus familias son gente increíblemente fuerte”, comenta Allende. “Muchos de ellos lo han perdido todo y han tenido que ponerse de pie y viajar a los Estados Unidos para recibir tratamiento para el cáncer. Ver a nuestra comunidad unirse para ayudarlos es maravilloso”.
Otro recurso importante para estas personas son sus vínculos locales. La hermana del señor Rivera Vázquez ya vivía en el área de Boston antes del huracán y ha sido de gran ayuda para él, su esposa y sus hijos para adaptarse a su nuevo hogar y al idioma. Para Edwin Figueroa Jr., paciente con linfoma, el contacto clave fue Melanie Melendez Caro, una estudiante universitaria con un tipo raro de leucemia, a quien conoció en Puerto Rico cuando ambos recibían tratamiento para el cáncer.
La señorita Melendez Caro de 23 años se mudó a Boston con sus padres en la primavera del 2017 para recibir un trasplante de células madre en Dana-Farber. Después del huracán el doctor de Figueroa le recomendó hacer lo mismo, por lo que él le envió un texto a Melendez Caro. No había pasado una hora cuando Melendez Caro y la trabajadora social Rachel Allende ya estaban en contacto con él vía video conferencia con el fin de informarle los pasos necesarios a seguir para hacerse paciente de Dana-Farber.
“Cuando llegué aquí ya habían pasado más de 90 días sin tratamiento para mi linfoma y otros problemas médicos”, comentó Figueroa de 36 años. “Ahora estoy mucho mejor. Melanie y Rachel son mis nuevas mejores amigas”.
Luego sonrió y agregó, “siempre quise conocer Boston, pero nunca pensé que iba a ser de esta manera”.
Para hacer donaciones para las víctimas del huracán Maria haga clic aquí: World Hope International.