
Aunque el cáncer tiroideo está en aumento, las causas son debatibles. Algunos investigadores consideran que esto se debe a las mejores técnicas de detección y diagnóstico, otros dicen que el problema es más complejo.
Las estadísticas oficiales muestran una enfermedad en aumento. Los datos recopilados por el Instituto Nacional del Cáncer indican que la incidencia de cáncer tiroideo — número de personas diagnosticadas en un tamaño determinado de población — ha aumentado más del doble desde principios de la década de 1970. En mujeres es el cáncer de más rápido aumento de acuerdo al número de casos nuevos por año.
Las estadísticas oficiales muestran una enfermedad en aumento. Los datos recopilados por el Instituto Nacional del Cáncer indican que la incidencia de cáncer tiroideo — número de personas diagnosticadas en un tamaño determinado de población — ha aumentado más del doble desde principios de la década de 1970. En mujeres es el cáncer de más rápido aumento de acuerdo al número de casos nuevos por año.
Muchos investigadores apuntan a la mejora de los métodos de detección como principal factor del aumento. En los últimos 35 años, el uso de ecografía y biopsias con aguja fina ha permitido que los médicos diagnosticaran miles de casos que antes no se hubieran identificado. Un estudio publicado en 2006 concluyó que el aumento del 140% en diagnósticos de cáncer tiroideo entre 1973 y 2002 se debió en gran medida al “mayor escrutinio diagnóstico”.
Si la incidencia de cáncer de tiroides realmente estuviera aumentando, dicen los investigadores, la detección de tumores de tiroides de todos los tamaños habría incrementado. Los investigadores encontraron en cambio que el 87% del aumento fue en tumores tiroideos papilares pequeños de menos de 2 cm de diámetro. Muchos de estos crecimientos, dicen los investigadores, nunca habrían representado un peligro para la salud de los pacientes, incluso si no hubieran detectado.
Aun así, algunos investigadores argumentan que esa perspectiva es excesivamente simplista. Como los médicos a menudo no pueden predecir qué crecimientos podrían ser dañinos y cuáles no, la detección temprana de cualquier anormalidad tiroidea es importante para un tratamiento adecuado.
Un estudio publicado el año pasado atribuye gran parte del aumento en la incidencia de cáncer de tiroides al sobrediagnóstico.2 Utilizando datos del NCI, los investigadores encontraron que la incidencia aumentó de 4,9 personas por cada 100.000 habitantes en 1975 a 14,3 por 100.000 en 2009, un salto de casi el 300%. Cuando examinaron el porcentaje de pacientes que murieron de la enfermedad en ese período, sin embargo, encontraron que se mantuvo estable. Si los médicos estuvieran detectando casos más peligrosos de cáncer tiroideo en lugar de simplemente diagnosticando más crecimientos pequeños inocuos, se esperaría que la tasa de mortalidad subiera junto con la incidencia. Como eso no ocurrió, los investigadores concluyeron que las cifras indican una “epidemia de diagnóstico” más que de enfermedad.
Como en el estudio de 2006, sin embargo, algunos investigadores han tenido problema con estos hallazgos. Sostienen que la tasa de mortalidad aparece plana principalmente porque se trazó por un período relativamente largo, 35 años. Si hubiera cubierto sólo los últimos 10 años, afirman los críticos, mostraría que la tasa de mortalidad por enfermedad tiroidea está aumentando más rápidamente que cualquier otro cáncer, con la excepción del cáncer de hígado.
“Lo difícil es, ¿cómo podemos identificar a los pacientes con enfermedad que no va a causar problemas por un largo período de tiempo o quizás nunca, y cómo podemos encontrar a los pacientes que necesitan un tratamiento agresivo de inmediato por la naturaleza de su enfermedad?”, dice Jochen Lorch, MD, director del Centro de Tiroides en Dana-Farber. “A medida que aprendemos más acerca de lo que impulsa al cáncer de tiroides a nivel molecular, tendremos respuestas a esa cuestión en el futuro, pero averiguarlo tomará un poco más de trabajo.”
Fuentes (solo disponibles en inglés)
Más Recursos
Asociación de sobrevivientes de Cáncer de Tiroides
Si la incidencia de cáncer de tiroides realmente estuviera aumentando, dicen los investigadores, la detección de tumores de tiroides de todos los tamaños habría incrementado. Los investigadores encontraron en cambio que el 87% del aumento fue en tumores tiroideos papilares pequeños de menos de 2 cm de diámetro. Muchos de estos crecimientos, dicen los investigadores, nunca habrían representado un peligro para la salud de los pacientes, incluso si no hubieran detectado.
Aun así, algunos investigadores argumentan que esa perspectiva es excesivamente simplista. Como los médicos a menudo no pueden predecir qué crecimientos podrían ser dañinos y cuáles no, la detección temprana de cualquier anormalidad tiroidea es importante para un tratamiento adecuado.
Un estudio publicado el año pasado atribuye gran parte del aumento en la incidencia de cáncer de tiroides al sobrediagnóstico.2 Utilizando datos del NCI, los investigadores encontraron que la incidencia aumentó de 4,9 personas por cada 100.000 habitantes en 1975 a 14,3 por 100.000 en 2009, un salto de casi el 300%. Cuando examinaron el porcentaje de pacientes que murieron de la enfermedad en ese período, sin embargo, encontraron que se mantuvo estable. Si los médicos estuvieran detectando casos más peligrosos de cáncer tiroideo en lugar de simplemente diagnosticando más crecimientos pequeños inocuos, se esperaría que la tasa de mortalidad subiera junto con la incidencia. Como eso no ocurrió, los investigadores concluyeron que las cifras indican una “epidemia de diagnóstico” más que de enfermedad.
Como en el estudio de 2006, sin embargo, algunos investigadores han tenido problema con estos hallazgos. Sostienen que la tasa de mortalidad aparece plana principalmente porque se trazó por un período relativamente largo, 35 años. Si hubiera cubierto sólo los últimos 10 años, afirman los críticos, mostraría que la tasa de mortalidad por enfermedad tiroidea está aumentando más rápidamente que cualquier otro cáncer, con la excepción del cáncer de hígado.
“Lo difícil es, ¿cómo podemos identificar a los pacientes con enfermedad que no va a causar problemas por un largo período de tiempo o quizás nunca, y cómo podemos encontrar a los pacientes que necesitan un tratamiento agresivo de inmediato por la naturaleza de su enfermedad?”, dice Jochen Lorch, MD, director del Centro de Tiroides en Dana-Farber. “A medida que aprendemos más acerca de lo que impulsa al cáncer de tiroides a nivel molecular, tendremos respuestas a esa cuestión en el futuro, pero averiguarlo tomará un poco más de trabajo.”
Fuentes (solo disponibles en inglés)
- http://jama.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=202835&resultClick=1
- http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24557566
Más Recursos
Asociación de sobrevivientes de Cáncer de Tiroides